Después que los pastores recibieron las palabras del ángel, de
inmediato corrieron presurosos a la ciudad de Belén. Siguiendo las
instrucciones del ángel, buscaron al niño y lo encontraron junto a sus padres,
en un pesebre. Ellos se regocijaron en gran manera al verlo. Y a
partir de este hecho, por todas partes se divulgaron esas buenas nuevas
de gran gozo.
Actualmente en el mundo constantemente oímos nuevas de diversa
índole. Los medios electrónicos de comunicación han hecho posible el
milagro de informar a nivel mundial y, prácticamente, en el instante mismo en
que ocurren los eventos, millones de personas se informan de ellos, en
cualquier parte del planeta. Pero ¿Qué es lo que oímos y vemos? En su
mayoría las noticias no son nuevas de gran gozo, sino de grande tristeza
y desolación, de desesperanza. Por la televisión, la radio - y en
los periódicos y revistas - todos los días nos informamos de asaltos
sangrientos, invasiones de hombres armados en territorio ajeno, crímenes y
robos espeluznantes, raptos, incendios, golpes de estado, amenaza de guerra,
catástrofes, etc.
La noticia que trajeron los ángeles a los humildes pastores, sí fueron y
siguen siendo “nuevas de gran gozo”: la mejor esperanza siempre nos viene de
Dios. El nacimiento de Jesús fue el mayor milagro. Y fue el cumplimiento
de la promesa de Dios al hombre (varón y mujer). Ese nacimiento fue la
expresión grande del amor de Dios en la persona de su Hijo. Fueron nuevas
de gran gozo también, porque presentaba al hombre la oportunidad de disfrutar
de una paz verdadera y eterna, la Vida Plena. Esta vida ha sido dada para que
el hombre la viva como experiencia personal y la comparta con otros y
otras como expresión del reino de Dios La buena noticia es noticia de
salvación plena.
El nacimiento de Jesús abrió el camino, marcó el inicio para que los seres
humanos participen de la gracia de Dios, se encuentren consigo mismos y se
desarrollen como personas libres y plenas. Lo que la ley, la religión y el
esfuerzo humano jamás pudieron proporcionar a los hombres, es un don de libre
gracia en Jesucristo: El camino, la
verdad y la vida. El hombre pleno que nos llama a vivir la plenitud, “la
humanidad perfecta que se conforma a la estatura de Cristo” (Ef. 4,13).
Muchos celebran la navidad pero sin el gozo de la Navidad, porque al fin de
cuentas, la verdadera Navidad es que Cristo sea recibido en nuestros corazones. ¿Ya
nació en el tuyo? Estas si son Nuevas de Gran Gozo.