SIGUIENDO A JESÚS



DIOS CON NOSOTROS


“He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros”. San Mateo 1:23


Dios con nosotros significa que Dios en persona iba a estar entre nosotros. Significa que Dios iba a despojarse de su Gloria, iba a dejar todo el esplendor de su trono en el cielo para venir a este mundo y hacerse como uno de nosotros. Dios iba a caminar entre nosotros.

Lo más resaltante aquí es que Dios no quiso salvarnos así de repente, no quiso pasar por alto las leyes del ciclo de vida del ser humano, todos sabemos que siendo Dios lo hubiese podido hacer, pero no lo hizo. Como para no parecer un extraño, siendo Dios experimentó las leyes que gobiernan la concepción y el nacimiento de un nuevo ser, desde el vientre de una madre. Al hacerse hombre experimentó en si mismo nuestras necesidades, nuestros sufrimientos, nuestras debilidades, nuestras penas, nuestras tristezas.  33 años le fueron más que suficientes para vivir como un hombre en toda su magnitud. 33 años le fueron suficientes para ver el pecado en toda su magnitud y las luchas del hombre por librarse de él, y ver también como hay gente que se comporta de tal manera que no mide las consecuencias de su pecado, aun sabiendo que lo que hacen ofende a Dios y que Dios no les perdonará su mal proceder. Entendemos su frase camino a su muerte en la cruz: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacenLucas 23:34.


Tenemos que entender que Dios tuvo que despojarse de su Gloria porque su amor que es indescriptible e inconmensurable lo llevó a salvar al hombre, aun cuando el hombre prefiere ignorar a Dios en su vida.


Ese Dios al que hacemos referencia es Jesucristo, él tuvo que experimentar también la muerte y lo hizo en la forma como era sentenciado a muerte un malhechor en ese entonces, colgado de un madero. Al hacerlo, él se hizo maldito por nosotros La Biblia dice en Gálatas 3:13 “…maldito todo el que es colgado en un madero”  ¿Y quiénes somos nosotros para merecerlo?


Filipenses 2:5-8

“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.



Estimado lector, Jesús desea estar contigo pero no solo en este mundo, el quiere estar contigo para siempre, el quiere llevarte  consigo al cielo donde tu podrás ver y experimentar por siempre la magnificencia de su Gloria.


Juan 14:2-3

“En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. 


Acércate humildemente a Dios en oración y pídele perdón por tus pecados, ten por seguro que él perdonará todos tus pecados sin importar lo que hayas hecho. “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de nuestra maldad. 1ª Juan 1:9. Ábrele ahora mismo las puertas de tu corazón y acepta a Jesucristo como el Salvador de tu vida. Al aceptar a Jesús como tu salvador, abras hecho la mejor decisión de tu vida y Dios te dará vida eterna en el cielo. “En la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde antes del principio de los siglos” Tito 1: 2


Que Dios te bendiga.

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