Da a tus Hijos una Educación Honorable


Obedecer a la Palabra de Dios, no permitirá que este mundo tome a nuestros hijos creándoles impíos deseos, ni los lastimará con cosas que tendrán que cargar por el resto de sus vidas. Dejemos y cesemos de escuchar las enseñanzas que nos hacen divagar de las razones de sabiduría. Eduquemos a nuestros hijos en el camino que deben ir.

Dios el Creador nos ha dado Su manual para la vida. Así como cada cosa creada por el hombre tiene un manual que nos provee la manera de encontrar un uso óptimo, Dios nos provee Su manual para nuestras vidas, la Biblia. Así como el relojero conoce la forma adecuada para arreglar el reloj y dejarlo en perfectas condiciones, así Dios sabe todo acerca de nosotros y tiene el mejor plan para nuestras vidas. Dios conoce más acerca de la educación de un niño que todos los educadores, profesores de universidad y todos los maestros humanistas de la actualidad juntos. Debemos asegurarnos de obedecer Su plan, para que así nuestros hijos tengan la vida mejor, más fructífera, productiva y llena como sea posible.

Algunos de ustedes podrían estar pensando, “creo que la educación Bíblica es algo bueno, pero no tengo el dinero suficiente para enviar a mi hijo a una escuela cristiana.” Sé sabio. Asegúrate de que tus prioridades estén alineadas según la Palabra de Dios.

Una vez un padre comentó que quería enviar a su hija de catorce años a una escuela cristiana, pero que no podría pagarla. Un día, cuando regresaba de su trabajo en su Lincoln Continental hacia la casa, se estacionó detrás de la Suburban que su esposa llevaba a su trabajo. Delante de su cochera, había una linda casita de tres recámaras amplias, alfombrada y decorada de una forma muy especial. El jardín de atrás tenía una reja nueva alrededor de una recién instalada alberca, también tenía una casita andante con una lancha con remolque que llevaba al lago los fines de semana. Curiosamente, era el líder de una iglesia fundamental, y aún así, no pudo saber cómo pagar una educación cristiana para su hija.
El problema de las prioridades se ilustra con el caso de una madre soltera que envió a sus hijos a una escuela cristiana. Trabajaba en un banco y después de ciertas horas venía a ayudar a sus niños a limpiar la escuela para matriculación. Salía en las tardes a vender productos cosméticos para poner alimentos en la mesa de su familia. Ella hacía todo esto para que sus tres hijos pudieran tener una verdadera educación.

La diferencia entre los padres de estas dos ilustraciones no es el dinero. Son las prioridades. El padre fácilmente hubiera podido enviar a su hija de catorce años a una escuela cristiana. Por otro lado, la mujer, a pesar de su situación financiera, confiaba en la Palabra de Dios y en los caminos de Dios, y así era capaz de proveer a sus tres hijos una sólida educación Bíblica como fundamento en sus vidas. ¡Debemos ordenar nuestras prioridades! Nuestros hijos son el tesoro más preciado de nuestras vidas. Tienen un destino eterno, y son nuestra mayor herencia. Sabiendo esto, no podemos soportar negar a nuestros hijos una educación Bíblica.

El costo de no obedecer la ley de Dios tiene un precio muy alto por pagar. Simplemente no podemos pasar por alto la instrucción de la Palabra de Dios a expensas de nuestros hijos.

“Educación cristiana no cuesta; paga.” El Dr. Bill Harvey estaba inspirado en esa afirmación al escribir una canción con las siguientes palabras:

“La educación cristiana no cuesta; paga;
Paga dividendos eternos en tantas maneras.
En la educación cristiana, seguramente encontrarás Recompensas por tu esfuerzo en tu mente piadosa.”

Esto es verdad. La educación cristiana no cuesta sino paga. No es una alternativa, no es un lujo, ni siquiera es algo bueno, es parte de la ley de Dios. Es la ley que mandó a nuestros antepasados y es la ley que nos manda hoy.

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